
La infancia; desde diversos aurtores
Piaget
Piaget señala cuatro periodos o estadios:
1º. Periodo sensomotriz.
Avanza del nacimiento al año y medio o dos años de vida. Piaget le llama así a este periodo porque el recién nacido cuenta sólo con los esquemas senso-motrices congénitos, como son los primeros reflejos o instintos.
2º. Periodo del pensamiento preoperacional. Comprende de los dos a los siete años. Este periodo consta de dos fases: la fase preoperacional tal (o llamada también de representación) y la fase instintiva. La fase preoperacional abarca de los dos a los cuatro primeros años del niño.
3º. Periodo de las operaciones concretas. Comprende de los siete a los once años. Este período ha sido considerado algunas veces como una fase del anterior. En él, el niño hace uso de algunas comparaciones lógicas, como por ejemplo: la reversibilidad y la seriación.
4º. Periodo de operaciones formales. Este último periodo en el desarrollo intelectual del niño abarca de los once o doce años a los quince años aproximadamente. En este periodo los niños comienzan a dominar las relaciones de proporcionalidad y conservación.
Erikson
Para él, la personalidad del individuo nace de la relación entre las expectativas personales y las limitaciones del ambiente cultural. Para Erikson, la vida gira en torno a la persona y el medio. Así, cada etapa es un avance, un estancamiento o una regresión con respecto a las otras etapas. Establece ocho etapas o estadios en el desarrollo psicosocial de una persona:
1.Primer año. Es la llamada etapa del bebé, en ella se establecen las relaciones psicológicas con la madre, y de estas relaciones surgen las actitudes básicas de confianza o desconfianza.
2.Segundo año. En esta etapa las relaciones del niño se amplían a ambos padres, dando lugar a la formación de las estructuras de autonomía y dominio de sí mismo, o de inseguridad y conformismo, según sea esa la relación con los padres.
3.Tercer a quinto año. Las relaciones del niño se amplían hasta la denominada familia básica. En esta etapa se fomenta la iniciativa o los sentimientos de culpabilidad. Posee una autonomía espontánea y deliberada.
4.Sexto a doceavo año (pubertad). El ámbito de las relaciones interpersonales del niño se amplía en la escuela y en la vecindad. Surgen en él las ideas de competición y de cooperación con los demás, así como los sentimientos de superioridad o inferioridad.
UNICEF
UNICEF Y SU LABOR POR LA INFANCIA DEL MUNDO
El concepto de desarrollo del niño en la primera infancia, conlleva un enfoque integral de las políticas y los programas para los niños, desde el nacimiento hasta los ocho años de edad, para sus padres y madres y para quienes los cuidan. El propósito de los programas de desarrollo del niño en la primera infancia es proteger los derechos del niño a desarrollar cabalmente su potencial cognoscitivo, emocional, social y físico. Los servicios de base comunitaria que satisfacen las necesidades de los lactantes y los niños de corta edad tienen importancia vital para el desarrollo del niño en la primera infancia y deben incluir atención de la salud, nutrición, educación, abastecimiento de agua y saneamiento ambiental en las viviendas y las comunidades. Este enfoque promueve y protege los derechos de los niños de corta edad a la supervivencia, el crecimiento y el desarrollo.
El UNICEF ha optado por centrar el presente informe en las etapas más tempranas de la vida, desde el nacimiento hasta los tres años de edad, dado que ese período tiene importancia crítica para determinar el curso de los siguientes años de la primera infancia y debido a que en las políticas, programas y presupuestos de los países se suele hacer caso omiso de estos importantes años iniciales.
No hay una fórmula universal para tener éxito en la realización de programas de atención del niño en la primera infancia. La experiencia ha indicado diversas modalidades que son especialmente eficaces cuando se las emplea conjuntamente:
1. Educar y ampliar los medios de acción de padres, madres y encargados de atender al niño.
2. Prestar servicios directamente a los niños, utilizando visitas domiciliarias, cuidando al niño en el hogar, estableciendo centros integrados de desarrollo del niño y organizando actividades de aprendizaje escolares y no escolares.
3. Promover alianzas comunitarias a fin de mejorar el ámbito físico y los conocimientos y prácticas de la comunidad, posibilitando las acciones en común y ampliando la base de las negociaciones políticas y sociales.
4. Fortalecer los recursos y la capacidad nacionales.
5. Incrementar la demanda y la conciencia por parte de los encargados de formular políticas, los planificadores y el público en general.
6. Formular políticas nacionales para la infancia y la familia que posibiliten que padres y madres tengan más tiempo para dar cumplimiento a sus responsabilidades en la crianza y el cuidado de los niños y que fomenten mayores posibilidades de que los abuelos y otros familiares adultos se ocupen de los niños.
7. Formular marcos jurídicos y reglamentarios que ahonden la conciencia sobre los derechos y la disponibilidad de recursos jurídicos por parte de las mujeres y los niños y promuevan un aprovechamiento más eficaz de la legislación y un mejor cumplimento de las normas.
1. Incorporan los principios de la Convención sobre los Derechos del Niño, velando por la no discriminación, la promoción del interés superior del niño, el derecho a la supervivencia y el cabal desarrollo y participación de los niños en todas las cuestiones que afectan sus vidas.
2. Se basan en la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y reconocen que asegurar la vigencia de los derechos de la mujer es fundamental para la puesta en práctica de los derechos del niño.
3. Aprovechan los aspectos más fuertes de las comunidades, la familias y las estructuras sociales, las prácticas positivas de crianza del niño y el firme deseo de padres y madres de proporcionar lo mejor para sus hijos.
4. Cuentan con un marco amplio, inclusive programas polifacéticos de salud, nutrición y desarrollo psicosocial y cognoscitivo del niño.
5. Se formulan con las familias y para ellas, adoptando modalidades que respeten los derechos de la mujer y de los hermanos y hermanas a la escolarización y el disfrute de su propia infancia.
6. Se formulan con las comunidades y para ellas, respetando los valores culturales, fomentando la capacidad local, propiciando la asunción de los programas como propios por los locales y la rendición de cuentas, alentando la unidad y la fortaleza y realzando la probabilidad de que las decisiones se lleven a la práctica y los programas sean sostenidos.
7. Proporcionan acceso en condiciones de igualdad a todos los niños, inclusive las niñas y los niños que corren riesgo de retraso en el desarrollo y discapacidad.
8. Son flexibles y reflejan la diversidad, pues difieren los unos de los otros con respecto a las necesidades y los recursos locales y regionales.
9. Satisfacen las más altas normas de calidad.
10. Son eficaces en función de los costos y sostenibles.